Hoy es el último día de viaje. Nos levantamos pronto para estar a punto a las 7:30. Pagamos la cuenta del hotel y vamos en tuc tuc hasta el aeropuerto.

Nos despedimos del tuctuquero y vamos a facturar la mochila de la ropa sucia.

Con los billetes a punto vamos a control de pasaportes y. .. Sorpresa! Tenemos que pagar 25 $ por cabeza para poder salir del país! En fin ...

Abonamos el dinero y pasamos hacia el control de líquidos, etc. y vamos a hacer tiempo hasta la hora de subir al avión. Aprovechamos para intentar organizar un poco el día que queremos pasar a Bangkok, para aprovechar la escala que tenemos.

Aterrizamos en Bangkok. El vuelo es muy corto. Pasamos por inmigración y esperamos la mochila que hemos facturado. Cuando ya la tenemos vamos a buscar la consigna para poder ir más ligeros a ver la ciudad.

Lo dejamos todo y vamos a buscar el bus, ya que la guía no recomienda los taxis porque timan a los turistas ... Un señor del aeropuerto nos dice que no hay ningún bus que nos lleve al Grand Palace ni al Buda, que es mucho mejor un taxi y que él nos busca un. Mala pinta ... Le decimos que nos lo pensamos y vamos al punto de información a ver que nos recomiendan ellos.

Nos dicen que mejor el bus y que una vez allí tomemos un taxi hacia el Grand Palace. Nos dice el número de bus y lo vamos a buscar, pero cuando estamos cerca de la parada otro señor del aeropuerto nos dice que no, que el bus tarda dos horas y media para ir y lo mismo para volver! Que fuerte! Dice que mejor cojamos un taxi que muy amablemente él nos busca ... Nooo! Estamos un poco aturdidos y no tenemos ganas de estar sufriendo por si nos timan o no. El viaje ha salido perfecto hasta ahora y no queremos estropearlo al final. Decidimos que nos quedamos haciendo tiempo en el aeropuerto, ya haremos algo para distraerse.

Vamos al tercer piso, donde están las tiendas y restaurantes. Los miramos todos y elegimos uno para comer. Cuando acabamos María va a un salón de belleza donde le hacen la manicura y pedicura por 300 Baht, unos 6 euros.

Salimos del salón y vamos a dar una vuelta. Recogemos las maletas de la consigna y vamos al cuarto piso a buscar la puerta de facturación. Aprovechamos para comprar un costurero para coser el asa del bolso de Sa Pa que se había roto (por el sobrepeso de los regalos que María ha comprado ...)

Pues ahora si, facturamos otra vez la mochila de la ropa sucia y vamos a control de pasaportes. Hacemos tiempo por el Duty Free. Ya es hora de embarcar. El avión no es tan bonito ni tan cómodo como el de la ida. A ver si podemos dormir un poco durante la noche ...